Partido Político surgido de la fusión de los partidos: Laborista, Independiente y Unión Cívica Radical - Junta Renovadora. Fundado el 23 de mayo de 1946.

jueves, 29 de junio de 2023

Se cumplen 56 años de esta carta de Perón a Susana Valle.

 



Carta a la Sta. Susana Valle 29 de junio de 1967. 


Escrito por Juan Domingo Perón. 


Madrid, 29 de junio de 1967.


A la Señorita Susana Valle


Buenos Aires


Querida Susanita:


por mano y amabilidad del Dr. Antún he recibido tu carta del 15 de junio pasado y tengo el placer de enviarte la autorización para el bautismo de la niña Eva Anahí Fandi y la fotografía para el Coronel Luis María Moreno.


Veo por tu carta que se interesan allí también por el asunto de Medio Oriente. Creo que se trata mas que nada de una lucha entre los imperialismos por copar sectores del Tercer Mundo y que ha utilizado, como "cabeza de turco", a los árabes por parte de Rusia y a los judíos por el Imperialismo yanqui. Como habrás podido observar por lo que ha ocurrido en estos últimos días, tanto Rusia como U.S.A. tienen miedo de provocar la guerra y ambos "se han ido a barajas" sin que eso sea obstáculo para seguir peleando, pero en la U.N. Al final esta guerra provocada por ambos y que podría ser un segundo Vietnam quedará reducida a una lucha diplomática y, los perdedores, serán nomas árabes y judíos.


Hago llegar al Mayor Alberte mi opinión sobre la marcha del Movimiento, que creo que la está dirigiendo muy bien y también una nueva cinta magnetofónica sobre la cuestión. Creo que en este momento es preciso ajustarse a una conducción táctica: unida la rama sindical y organizado clandestinamente el Movimiento, será preciso volver a desarrollar la solidaridad gremial perdida y trazar ya los planes de lucha de conjunto, mediante una organización, preparación y conducción táctica apropiadas, lo que sé que ha de realizar bien Alberte. Por eso desde ahora es preciso que los peronistas se subordinen al Comando Táctico con la mayor obediencia y disciplina porque nada se podrá lograr ni en la inorganicidad ni en el desorden.


Por eso hay que ponerle el hombro a Alberte, suspender todo lo que origine fricciones dentro del Movimiento, proc der solidariamente neutralizando la acción de los infiltra y provocadores, y cooperando sinceramente en la conducción. Yo sé que hay muchas pequeñas cuestiones internas pero la necesidad de enfrentar al enemigo de afuera impone suspender, por lo menos, todo lo que puede representar lucha adentro. Hay sí que vigilar a los tránsfugas y traidores de distinto pelaje, que sabemos que existen, para aplastarlos como a las alimañas, de cualquier modo y en lo posible sin llamar la atención ni dar pasto a los escribas al servicio de la dictadura.


En este momento todo ha de ser unión y solidaridad peronista porque la conducción táctica necesita, para organizar, antes que nada la buena voluntad de todos para alcanzarla dentro de los organismos que forman el Movimiento. La larga lucha ha hécho que nuestra gente se enfrentara en fracciones animadas por dirigentes sin prestigio y sin honestidad; pero ese momento ha pasado y seguirá pasando más a medida que dirigentes jóvenes y sin intereses personales ni de círculo se vayan haciendo cargo de la dirección.


No dejes de saludar a las compañeras que trabajan contigo.


Un gran abrazo.


Firmado: Juan Perón.

lunes, 15 de mayo de 2023

Se cumplen 50 años de esta carta de Perón al diputado Rodolfo J. Arce: "prefiero seguir siendo Perón que General"

 



Carta al Dr. Don Rodolfo J. Arce 15 de mayo de 1973 


Escrito por Juan Domingo Perón. 



Madrid, 15 de mayo de 1973.

Sr. Diputado Nacional.

Dr. Don Rodolfo J. Arce.

Buenos Aires.

Mi querido compañero y amigo:

He conocido por publicaciones de los diarios su intención de presentar a la Legislatura nacional un "Proyecto de Ley" tendiente a restituirme "el Grado Militar y los honores correspondientes" y deseo hacerle algunas reflexiones al respecto, que considero de importancia formular antes de dar un paso semejante.

Comienzo por agradecerle profundamente su buena intención pero, a fin de evitar en estos momentos un lío más de los muchos que ya tenemos con las "Fuerzas Armadas" y con los que se "van a armar", considero pertinente que ese asunto ha de tratarse con la mayor prudencia.

Empiezo por decirle que a mí, personalmente, lo del grado como lo de los honores, me tienen sin cuidado. Desgraciadamente, en nuestro país se ha hecho ya inveterada costumbre de que para llegar a General es suficiente tener buena salud y cuidar de no pelearse con nadie. En cambio, para llegar a ser Perón suele costarle a uno muchos esfuerzos y muchos sacrificios. Por lo tanto, prefiero seguir siendo Perón que General.

Partiendo de esta base, aún por una cuestión de ética elemental, no quisiera que nadie fuera a pensar que yo auspicio una medida semejante, como se afirmará de inmediato por los que no me quieren bien. En cambio, ¡que lindo sería que se supiera que yo renuncio olímpicamente a tales reivindicaciones que, por otra parte, no me interesan!

Usted debe tener en cuenta que la privación del grado y del uso del uniforme, ha sido por lo menos aparentemente, dictada por resolución de un "Tribunal de Honor" y que esta "institución" es una cuestión interna del Ejército, es decir, una medida solo institucional y no gubernamental. Cuando el dictador de turno aprobó esa resolución, no realiza un acto de Gobierno propio, sino que, como "Comandante en Jefe", aprueba una resolución de un "Tribunal de Honor" cocinada por los pares del acusado y que solo puede ser levantada por los mismos. Una Ley que la Nación que lo hiciera, indudablemente tendría todo el valor legal obvio, pero no levantaría la sanción moral que tal medida implica. Son esas cosas que algunos "simuladores del honor" han instituido en beneficio de las causas que sirven.

Por todo éllo y siendo una cosa que no tiene valor alguno, desde que sabemos cómo se habrá hecho, conviene dejar todo como está, ya que, yo que soy el interesado no le doy importancia alguna. O, de lo contrario, cabría hacer una investigación en el Ministerio de Ejército, pidiendo el expediente que debía existir en el archivo del mismo, para recién entonces, si existe algo, poder proceder.

Proceder directamente por medio de una Ley Nacional, no tengo la menor duda que cumpliría el objeto de restituirme "el grado y los honores", si hay tales; pero no es precisamente eso lo que puede interesarme en este asunto, ya que la situación moral no variaría, por que a mí me interesa más "el honor" que "los honores".

Usted, como todos los diputados, ha de saber que ese acto ordenado por la dictadura, fue producto de una época, de unos hombres y de un designio, que estaban lejos de configurar un proceder justo y correcto, menos aún en cuestiones de honor militar, donde los que habrían de juzgar traicionaron un juramento y una palabra de honor empeñados.

Tengo ya demasiados años como para no comprender ciertas cosas y no colocarme sobre el bien y el mal. Temo ver tales cuestiones en momentos como el actual, no creo que sea conveniente: la Historia ha de juzgarnos a todos y solo de allí podrá esperarse la verdad, que en este momento resultaría prematuro querer desentrañar.

Por otra parte se, de buena fuente, que el tal "Tribunal de Honor" fue más que nada una simulación ordenada, a la que se prestaron algunos generales más obedientes que ecuánimes y sinceros. Bastaría pedir los antecedentes al Ministerio de Ejército, para comprobar que, sobre el caso, no existen antecedentes oficiales y fehacientes.

Por todo lo anterior, pienso que promover en este momento una cuestión que hace solo a un hombre, aunque ese hombre sea yo, cuando hay tantas cosas que hacer por el país, equivaldría a perder lamentablemente el tiejnpo. Sobre mi honor, yo res­pondo solo ante mi conciencia; los demás responderán de la suya.

Para terminar, amigo Arce, quiero hacerle llegar, junto con mi saludo más afectuoso, mi agradecimiento por su buena intención y mis mejores deseos.

Un gran abrazo

Firmado: Juan Perón


lunes, 4 de octubre de 2021

Se cumplen 55 años de esta carta de Juan Perón al compañero César Enrique Aranguren

 




Carta a Don César Enrique Aranguren 4 de octubre de 1966


Escrito por Juan Domingo Perón. 


Madrid, 4 de octubre de 1966.


Señor Don César Enrique Aranguren.


Buenos Aires


Mi querido amigo:


He recibido su amable carta acompañada del libro: "Cancionero de Perón y Eva Perón", y le agradezco el recuerdo así como retribuyo su saludo con mis afectos más sinceros. No puedo tampoco dejar de hacerle llegar mi enhorabuena por estas publicaciones destinadas, como dice el Prólogo, a documentar una época argentina que muchos han tenido el vano intento de borrar.


Hace ya tiempo que encargué a algunos peronistas interesados en lo mismo, la tarea de hacer una recopilación de Informes sobre los compañeros que habían sido perseguidos en distintas formas, encarcelados y aun torturados en los tiempos del "Aramburato" y el Plan Conintes, a fin de que tales hechos no quedaran borrados por el tiempo y la desaparición paulatina de sus actores. No sé qué habrá sido de este trabajo, pero entiendo que algo se había hecho y me parece que no estaría demás intentar por lo menos realizarlo publicitariamente a fin de que se conozca una realidad que ahora trata de ocultarse. Como la historia del futuro ha de estar interesada en penetrar los acontecimientos relativos a esta época, no sería posible hacerlo sin el testimonio interesante de los que sufrieron en carne viva, y que, como una lección de los tiempos, se oponga a que en la Patriá vuelvan a repetirse hechos tan ignominiosos.


Sería un gran placer poderle recibir en Madrid para charlar se ore este asunto y si como me lo promete, viaja a ésta, le estaré esperando. Le ruego que me haga saber cuando viaje. He estado siempre interesado vivamente en la tarea que Ustedes realizan porque muchos aspectos de la vida y de la historia dependen de los que se dedican a realizarlas o historiarlas. También considero que, contemporáneamente, la mejor historia es la que se limita a documentar hechos que, el tiempo muchas veces se encarga de deformar y aun de desvirtuar. Si este momento no es oportuno para juzgar porque no ha transcurrido el tiempo suficiente de madurez, no habrá otro mejor para documentar los hechos o sucedidos.


Le ruego que haga llegar al amigo Julio Darío Alessandro mis plácemes por el excelente trabajo realizado en la búsqueda y compilación de un material tan importante como difícil de reunir. De la misma manera a todos los colaboradores mis saludos más afectuosos y mis felicitaciones. El libro es atrayente y pone de manifiesto un aspecto anímico y literario un tanto desconocido en su conjunto de nuestras cosas justicialistas y, en especial, de la fuerza motriz que impulsó muchas de nuestras cosas. Ese motor era una mística popular desconocida para muchos e incomprensible para otros. Creo que se trata de una obra de verdadero aliento y si, como se manifiesta, se completa en una colección, documentaría una gesta anónima que, no tengo la menor duda, ha de marcar una época en la acción publicitaria de este tiempo tan gastado en falsificar las cosas y; en deformar los hechos.


Le agradeceré igualmente que, si consideran de actualidad algo que yo pueda hacer con el mismo fin, me consideren a la orden. Un millón de gracias por todo.


Un gran abrazo


viernes, 20 de diciembre de 2019

Se cumplen 54 años de esta carta de Perón a Julio Antún.




Carta Dr. Julio Antún 20 de diciembre de 1965

Escrito por Juan Domingo Perón.

Madrid, 20 de diciembre de 1965.

Al Diputado Nacional Dr. Julio Antún

Buenos Aires

Mi querido compañero:

Se me ha informado que el Doctor Tecera del Franco le habría insinuado a Usted que, con referencia a fondos del Movimiento Peronista, yo habría recibido una cantidad de dinero proveniente de dichos fondos. Como ello es absolutamente falso, presupongo que implica en ese compañero o una mala información o una insidiosa y aviesa intención que deseo desvirtuar en defensa de mi propia delicadeza personal que deseo dejar a salvo de toda malidicencia desaprensiva.

Jamás he recibido un solo centavo proveniente del Movimiento Peronista y ni de ninguno de sus hombres como tampoco de los partidos o agrupaciones que lo forman. Hace un tiempo el compañero Bramuglia me informó personalmente que la Unión Popular había cobrado los aportes que le correspondían en las últimas elecciones y que de ello se había pagado los gastos y que se tenían algunos millones de sobrante. Le dije de inmediato que debían guardar ese dinero para necesidades futuras y no hacer uso de él sino en lo imprescindible, porque nuestro Movimiento era pobre y no podíamos derrochar el dinero.Ha llegado a mi conocimiento también que se han hecho suscripciones y que se han pedido aportes a diversas personas y deseo dejar constancia que en ningún caso se lo ha hecho con conocimiento mío y, menos, aún, con autorización de mi parte. Cuando yo he necesitado dinero'para mis necesidades personales lo he recibido de mis amigos y en forma absolutamente privada y personal.

Tengo una preocupación constante por los procedimientos que, con referencia a los fondos del Movimiento, se están siguiendo. Los fondos que perciben tanto la Unión Popular como las demás Agrupaciones corresponden a todo el Movimiento Peronista, por lo que se paga son los votos y los votos son peronistas. Me llegan todos los días informacipnes poco edificantes para la conducta de los dirigentes que no compren­den que "la mujer del César no sólo debe ser virtuosa, sino que es menester que lo parezca".

Le ruego que salude a los compañeros. Un gran abrazo.

Firmado: Juan Perón.

jueves, 10 de octubre de 2019

Se cumplen 74 años del discurso de Juan Domingo Perón en su despedida de la Secretaría de Trabajo y Previsión.







La calle Perú entre Victoria y Julio A. Roca fue el lugar desde donde, en un improvisado palco, el Coronel Perón pronunció su discurso de despedida –luego de su renuncia al cargo en la Secretaría de Trabajo y Previsión- el día 10 de octubre a las 19,30 horas.
Trabajadores: termino de hablar con los empleados y funcionarios de la Secretaría de Trabajo. Les he pedido como mi última voluntad de secretario de Trabajo y Previsión, que no abandone nadie los cargos que desempeñan, porque se me habrían presentado numerosísimas renuncias. Yo considero que en esta hora el empleo en la secretaría no es un puesto administrativo, sino un puesto de combate, y los puestos de combate no se renuncian, se muere en ellos.
Esta casa, fundada hace un año y medio, se ha convertido en la esperanza de los hombres que sufren y trabajan. Esa esperanza no debe ser defraudada por nadie porque acarrearía las mayores desgracias a nuestra patria.
Despojado de toda investidura, hablo hoy a mis amigos los trabajadores, expresándoles, por última vez desde esta casa, todo lo que mi corazón siente hacia ellos y todo lo que he de hacer en mi vida por su bien.
Si la revolución se conformara con dar comicios libres no habría realizado sino una gestión en favor de un partido político. Esto no pudo, no puede, ni podrá ser la finalidad exclusiva de la revolución. Eso es lo que querrían algunos políticos para poder volver; pero la revolución encarna en sí las reformas fundamentales, que se ha propuesto realizar en lo económico, en lo político y en lo social. Esa trilogía representa las conquistas de esta revolución que está en marcha y que cualesquiera sean los acontecimientos no podrán ser desvirtuados en su contenido fundamental.
La obra social cumplida es de una consistencia tan firme que no cederá ante nada, y la aprecian no los que la denigran sino los obreros que la sienten. Esta obra social que sólo los trabajadores la aprecian en su verdadero valor, debe ser también defendida por ellos en todos los terrenos.
La Secretaría de Trabajo y Previsión acometió hace un año y medio dos enormes tareas; la de organizar el organismo y la de ir, sobre la marcha, consiguiendo las conquistas sociales que se consideraban más perentorias para las clases trabajadoras. Sería largo enumerar las mejoras logradas en lo que se refiere al trabajo, a la organización del trabajo, a la organización del descanso, al ordenamiento de las remuneraciones y a todo lo que concierne a la previsión social.
Esta tarea realmente ciclópea se ha cumplido con este valioso antecedente: las conquistas obtenidas lo han sido con el absoluto beneplácito de la clase obrera, lo que representa un fenómeno difícil de igualar en la historia de las conquistas sociales.
En el campo de la previsión social hemos comenzado por realizar una propaganda sobre el ahorro -posible con los mejores salarios- y luego propugnamos por el incremento de las mutualidades. Se ha aumentado el número de los argentinos con derecho a jubilación en cifras verdaderamente extraordinarias, y a este respecto cabe destacar la iniciativa de la Confederación de Empleados de Comercio, que constituye un triunfo y un motivo de orgullo para la previsión social argentina.
Hemos defendido desde aquí a todas las organizaciones obreras, las que hemos propugnado, facilitándoles su desenvolvimiento. Desde esta casa no se ordenó jamás la clausura de un sindicato obrero ni se persiguió nunca a un trabajador; por el contrario, siempre que nos fue posible pedimos a las autoridades la libertad de obreros detenidos por distintas causas.
A diferencia de lo que ha sucedido en otras partes o en otros tiempos, las autoridades han defendido a las organizaciones obreras en lugar de molestarlas o perseguirlas. Es así que terminamos de dictar un decreto-ley referente a las organizaciones profesionales. Cuando llegué a la Secretaría de Trabajo, el primer pedido que recibí de los obreros fue la derogación de un decreto del año 1943 en el que se establecía para las asociaciones gremiales un régimen de tipo totalitario.
El primer decreto que firmé en esta secretaría fue la derogación de ese reglamento, y tengo la satisfacción de decir que el último que he firmado es el nuevo régimen legal de las asociaciones profesionales, que difiere fundamentalmente del anterior, y con respecto al cual puedo asegurar que es de lo más avanzado que existe en esta materia. Bastaría decir que bajo este cuerpo legal, el gobierno, que puede intervenir una provincia o una asociación de cualquier orden, no puede intervenir, en cambio, los sindicatos obreros.
También dejo firmado un decreto de una importancia extraordinaria para los trabajadores. Es el que se refiere al aumento de sueldos y salarios, implantación del salario móvil, vital y básico, y la participación en las ganancias. Dicho decreto que he suscripto en mi carácter de secretario de Estado tiene las firmas de los ministros de Obras Públicas y de Marina, y beneficia no solamente a los gestores de la iniciativa -la Confederación de Empleados de Comercio- sino a todos los trabajadores argentinos.
Y ahora, como ciudadano, al alejarme de la función pública, al dejar esta casa que para mí tiene tan gratos recuerdos, deseo manifestar una vez más la firmeza de mi fe en una democracia perfecta, tal como la entendemos aquí.
Dentro de esa fe democrática fijamos nuestra posición incorruptible e indomable frente a la oligarquía. Pensamos que los trabajadores deben confiar en sí mismos y recordar que la emancipación de la clase obrera está en el propio obrero. Estamos empeñados en una batalla que ganaremos porque es el mundo el que marcha en esa dirección. Hay que tener fe en esa lucha y en ese futuro. Venceremos en un año o venceremos en diez, pero venceremos.
En esta obra, para mí sagrada, me pongo hoy al servicio del pueblo, y así como estoy dispuesto a servirlo con todas mis energías juro que jamás he de servirme de él para otra cosa que no sea su propio bien. Y si algún día, para despertar esa fe, ello es necesario, me incorporaré a un sindicato y lucharé desde abajo.
Al dejar el gobierno, pido una vez más a ustedes que se despojen de todo otro sentimiento que no sea el de servir directamente a la clase trabajadora. Desde anoche, con motivo de mi alejamiento de la función pública ha corrido en algunos círculos la versión de que los obreros estaban agitados. Yo les pido que en esta lucha me escuchen. No se vence con violencia; se vence con inteligencia y organización. Por ello les pido también que conserven una calma absoluta y cumplir con lo que es nuestro lema de siempre, del trabajo a casa y de casa al trabajo.
No debemos por ninguna causa exponer la tranquilidad de un obrero o la felicidad de una familia. Hemos de luchar con inteligencia y organización, y así, el triunfo será nuestro.
Debo decirles que he hablado con el Exmo. Señor Presidente de la Nación, quien me ha prometido que la obra social realizada y las conquistas alcanzadas serán inamovibles y seguirán su curso. Pido, pues, el máximo de tranquilidad a todos los trabajadores del país, tranquilidad y calma es lo que necesitamos para seguir estructurando nuestras organizaciones y hacerlas tan poderosas que en el futuro sean invencibles. Y si un día fuese necesario he de formar en sus filas para obtener lo que sea justo. Mientras tanto que sea la calma y la tranquilidad la que guíe los actos de los obreros para que no se perjudique esta magnífica jornada de justicia social. Pido orden para que sigamos adelante en nuestra marcha triunfal pero, si es necesario, algún día pediré guerra.
Y ahora quiero que demos una vez más ese ejemplo de cultura que han exhibido en esta ciudad las masas de trabajadores, les pido a todos que llevando en el corazón nuestra bandera de reivindicaciones piensen cada día de la vida que hemos de seguir luchando inquebrantablemente por esas consignas que representan los objetivos que han de conducir a nuestra República a la cabeza de las naciones del mundo. Recuerden y mantengan grabado el lema "de casa al trabajo y del trabajo a casa" y con eso venceremos.
Para terminar no voy a decirles adiós les voy a decir "hasta siempre", porque desde hoy en adelante estaré entre ustedes más cerca que nunca, y lleven finalmente esta recomendación de la Secretaría de Trabajo y Previsión: únanse y defiéndanla, porque es la obra de ustedes y es la obra ‘nuestra’".
El público se desconcentró en manifestación por varias calles céntricas, vivando al Coronel Perón y señalándolo como futuro "Jefe de Estado".


lunes, 15 de julio de 2019

Se cumplen 65 años de esta carta de Perón al Doctor Haedo




Carta al Dr. Victor Haedo 15 de julio de 1954

Escrito por Juan Domingo Perón.

Buenos Aires, 15 de julio de 1954

Al Senador Dr. D. Víctor Haedo.

Montevideo

Mi estimado amigo:

Recibí su carta del 5 de julio próximo pasado, en la que me pide autorización para desautorizar afirmaciones de Santander y Damonte, dos delincuentes comunes y silvestres, capaces no sólo de falsificar documentos y alterar la verdad. Usted pierde su tiempo en ocuparse de tales sujetos. En esta vida no ofende el que quiere.

Afortunadamente no he visto en mi vida a Silvano Santander y de él sólo tengo un despreciable concepto. Jamás he tenido para Usted otro recuerdo que el elevado concepto que me inspira su patriotismo y su hombría de bien, como se imaginará. ¿Qué expresiones podría yo tener de usted y menos aún que pudieran ser oídas o utilizadas por un Santander?

Le repito que pierde su tiempo desmintiendo a impostores como estos individuos tan descalificados como conocidos; pero, si ése es su gusto, le autorizo plenamente a todo.

Si sus enemigos han apelado, para atacarle, al juicio de Santander y Damonte, me imagino qué clase de enemigos son los que le atacan, por aquello de que "dime con quién andas".

Un gran abrazo.

Firmado: Juan Perón.

miércoles, 26 de junio de 2019

Se cumplen 71 años de estas palabras de la señora María Eva Duarte de Perón




Eva Perón en la ciudad de Lomas de Zamora

Palabras pronunciadas el 26 de Junio de 1948 en la Ciudad de Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires, en el acto de inauguración de los trabajos para la provisión de agua corriente.
"Mis queridos descamisados de Lomas de Zamora: con profunda emoción vengo por segunda vez a esta simpática ciudad, trayéndoles una obra del plan quinquenal por la cual brega tanto nuestro querido presidente, el general Perón. Esta obra que hoy se inicia debía haber estado realizada hace ya cincuenta años. Pero el General Perón, que está en la Casa de Gobierno trabajando y luchando, va poco a poco realizando todo lo que el pueblo argentino necesita, no solo en lo material sino también en lo moral y espiritual. Es así como en este día, hermoso por que en el se hace realidad la satisfación de una necesidad tan sentida, llega a Lomas la acción de nuestro primer magistrado.

Y debo hacer justicia mencionando también al Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Coronel Mercante, porque tambien él, desde el momento en que asumió la primera magistratura provincial, se preocupó intensamente para que llegaran los beneficios de la provisión de agua corriente a la población de todo el Gran Buenos Aires. Es así como hablando con su amigo, el presidente perón concretaron este proyecto e incluyeron en el plan quinquenal una partida de 600.000 millones de pesos para obras como la que hoy se inicia.

La ayuda social que tengo el honor y privilegio de presidir, cosa que mucho me honra, porque merced a ella tengo la inmensa dicha de poder hacer el bien a todos los descamisados, también ha querido hacerse presente en este acto. y ello es posible gracias al General Perón y a los descamisados, porque cuando se hizo noche para la Argentina fueron ellos, esos hombres y mujeres sufrientes y trabajadores los primeros en apoyar al coronel del pueblo hasta rescatarlo de las garras de la oligarquía.

Esta obra de realizaciones económicas y socialmente justas se ha podido llevar a cabo gracias a estos descamisados, a quienes quizo ofender la oligarquía llamándoles así pero que han sabido vestir a la patria con la limpia camisa del sacrificio y de la honestidad.

Fue así como desde el edificio del despretigiado Concejo Deliberante, la conciencia de un hombre pudo organizar la actual Secretaria de Trabajo y Previsión, irradiando desde entonces sus paredes la justicia social tan ansiada por el pueblo y que durante cincuenta años le fue negada.

Demos gracias a dios porque en estos momentos en que el mundo se debate en problemas pavorosos, nos ha enviado a un Perón; y demos gracias a dios, también, por habernos concedido este pueblo maravilloso que en momentos inciertos, cuando los egoistas y los vendepatrias no lo comprendieron supo apoyarlo con sus descamisados.

Y yo, una mujer mas del pueblo, doy gracias a dios porque el General Perón y los descamisados me dan la oportunidad magnifica de sentirme inmesamente feliz cuando llevo un poco de alegría a aquellos a quienes la fortuna no los ha favorecido, cuando llevo un poco de justicia, a aquellos a quienes durante tantos años se les habia negado. y así como hoy el gobierno del General Perón trae el agua a Lomas de Zamora, la ayuda social no ha querido estar ausente en esta simpática población, llegando con sus subsidios para los necesitados. Asimismo, la ayuda social ha dotado al hospital Lomas de Zamora de una ambulancia y proveerá a esta ciudad de los vehiculos necesarios para realizar la limpieza de sus calles.

Es verdaderamente asombroso que una ciudad de la importancia de Lomas de Zamora haya estado tan abandonada por la autoridades durante tanto tiempo, hasta que ha llegado el gobierno del General Perón que, ciudad por ciudad y pueblo por pueblo, viene realizando la obra que no se hizo durante largos años. Es inconcebible que haya habido tan malos argentinos que no hayan pensado en su pueblo y en esta patria a la que hicieron grandes nuestros próceres, mientras ellos trataron de undirla cosa que afortunadamente no lograron porque la Argentina es tan poderosa que supo surgir a pesar de la ignominia de esos malos hijos. Yo les pido, en nombre de los descamisados, que son lo mas puro de la nacionalidad y en nombre del peronismo, una sola cosa; no olvidar el daño que han hecho esos malos argentinos. Yo, como buena argentina, no lo olvido, porque diariamente estoy viendo en la Secretaria de Trabajo y Previsión las injustcias que durante cien años no solo cometieron aquellos sino que ni siquiera trataron de remediarlas.

Por ello, el Presidente Perón está trabajando noche y día y sacrificándose para subsanar ese estado de cosas y lo hace con la inmensa satisfacción que le proporciona el pensar que su sacrificio es para bien y para felicidad de su pueblo. Pueden ustedes tener la seguridad y la tranquilidad de que mientras esté en la casa de gobierno el General Perón la justicia social y la felicidad de la patria estaran bien defendidas y estará asegurado el bienestar de los descamisados."